¿Qué es, para qué sirve y por qué 2019 puede ser clave?
Durante los últimos años, el Blockchain se ha convertido en una de las tecnologías más disruptivas de la industria 4.0 y una gran apuesta global para el desarrollo de la economía digital. Gracias a extensas investigaciones, esta ingeniería se encuentra hoy en un punto de inflexión, transitando desde la simple exploración de su potencial, vinculado desde sus orígenes a soluciones financieras, hacia la construcción de múltiples aplicaciones prácticas y nuevas oportunidades de negocio.
Así lo demostró una encuesta realizada recientemente por la consultora Deloitte que abordó esta temática, entrevistando a ejecutivos provenientes de siete países, relacionados a los sectores financieros, salud, medios, tecnología y telecomunicaciones. Los resultados fueron claros: un 74% declaró que su empresa ve un “caso de negocio convincente” para el uso de esta tecnología. Un 34%, ya tiene un sistema Blockchain en producción, mientras que otro 41% espera implementar una aplicación en los próximos 12 meses.
Ante este escenario, resulta fundamental entender qué es el Blockchain. En términos simples, esta tecnología consiste en un sistema digital de almacenamiento de información, que tiene la particularidad de no ser hackeable, ya que tiene la capacidad de protegerse en base a su propia arquitectura interna. Se trata de una “cadena de bloques” en que cada uno está compuesto por tres elementos: 1) la información que se pretende almacenar (en el caso de Bitcoin, por ejemplo, información relativa a las transferencias de dinero); 2) un hash o número de identificación del bloque (único e irrepetible); y 3) el hash o número de identificación del bloque anterior. De esta manera, cada bloque está conectado con su predecesor y su sucesor.
Esta cadena no puede ser intervenida porque el hash o número de identificación de cada bloque se genera según el contenido de éste mismo. Esto significa que, si se cambia el contenido o información del bloque, automáticamente cambia el hash. De este modo, si alguien adultera la información de un bloque, este se desconecta y la cadena se rompe.
Cada usuario de Blockchain tiene una copia de toda la cadena, de manera que hay muchos ojos mirando constantemente la información. Si un usuario altera su copia, la comunidad lo sabe y esa versión de los datos queda anulada. Esa es la gran revolución: la seguridad y la certificación de la información en Blockchain está dada por los usuarios, todos iguales, sin intermediarios.
Llamativa para todos los sectores. Las empresas fuera de la industria financiera, han estado particularmente interesadas en aprovechar las capacidades de seguimiento que ofrece esta ingeniería. Por ejemplo, una asociación entre IBM, Nestlé y Unilever dio como resultado el desarrollo de una aplicación para mejorar la trazabilidad de los alimentos contaminados.
Por otra parte, también IBM, se asoció con la Administración de Drogas y Alimentos de EEUU (FDA), para la construcción de un intercambio seguro de datos de salud mediante el blockchain, con el objetivo de abordar la falta de transparencia en los registros médicos.
Por su parte, la compañía Ford también, se encuentra desarrollando un sistema que le permitirá tener una completa visibilidad de su cadena productiva, desde la concepción hasta la entrega de sus productos.
En el sector público también se está implementando. Es así como otro ejemplo de la utilización de está ingeniería son los sistemas nacionales de gestión de identidad, mediante un ID digital que se puede consultar en cualquier momento por todos los organismos estatales. O los contratos inteligentes, algoritmos que permiten la eliminación de intermediarios para simplificar procesos, mejorando la tramitación de licitaciones. Y en política: optimizando la legitimidad de procesos eleccionarios al descartar posibles fraudes electorales.
En Latinoamérica, según el estudio de Endeavor, “INSIGHT Blockchain, ¿la promesa de una revolución?”, más de la mitad (55%) de las startups dedicadas al blockchain proyectan una facturación de US$1.250 millones para este año. El informe reveló además, que las ventas de las startups del rubro en la región crecerán en 87% en 2019.
Y si bien se trata de una tecnología con un potencial incalculable tanto en términos económicos, como de equidad y transparencia, la incertidumbre respecto a sus implicancias regulatorias y de aplicación concreta en el mercado sigue siendo alta, al ser una tecnología a la cual le falta mucho por madurar.
Por lo pronto, la creación de modelos de negocios capaces de entregar buenos servicios, agregar valor para todas las partes involucradas y generar ingresos es clave. Asimismo, ir sorteando los distintos obstáculos regulatorios y las brechas digitales que aún persisten especialmente en Latinoamérica. Con todo, 2019 podría ser el año del salto definitivo.