El comercio electrónico en Perú está desarrollándose a una velocidad mayor de lo que cabría pensar para el año 2020. Sin embargo, todavía existen determinados desafíos que debe superar para alcanzar cifras similares a las de países de su entorno.
Según la Cámara Peruana de Comercio Electrónico (CAPECE), el año 2019 constituyó un buen año para el comercio electrónico en Perú, moviendo un total de 4.000 millones de USD. Esto representa un aumento del 31% con respecto a las cifras del año anterior, y un incremento en torno a 15 veces respecto a los datos de hace una década (2009).
Hay que tener en cuenta que el comercio electrónico en Perú no se distribuye por igual en todas las categorías de bienes y servicios que operan online. De esta forma, en 2019, los volúmenes respecto al comercio digital son los siguientes:
Estos tres sectores constituyen los que mayor volumen de dinero movieron durante el año 2019. Sin embargo, existen otros sectores que, sin alcanzar estas cifras, están incrementando su porcentaje de importancia de manera especialmente rápida, como pueden ser los hobbies y videojuegos, los muebles y electrodomésticos, así como el sector de la comida delivery (especialmente en los grandes núcleos urbanos).
Pese al duro golpe que ha supuesto la pandemia para la economía mundial, incluida también la peruana, el comercio electrónico en Perú ha conseguido resistir especialmente bien. De hecho, se puede decir que la COVID-19 ha favorecido un mayor auge de este tipo de comercio y su penetración en determinadas áreas en las que, hasta ahora, le costaba más llegar.
Según CAPECE, durante los meses de marzo y abril el ecommerce cayó a cifras de -31% y -38% respectivamente. Sin embargo, esta tendencia se invirtió a partir de mayo, y se calcula que podría cerrar el año con una cifra de crecimiento final en torno a un 70-90% respecto al ejercicio anterior. Esto se debe, principalmente, a que la pandemia ha fomentado las entregas sin contacto personal y los servicios delivery.
Con todo y con ello, CAPECE sigue señalando una serie de retos que todavía quedan pendientes para que el comercio electrónico en Perú alcance sus mejores cifras posibles y esté a la altura del resto de Latinoamérica.
En este sentido, uno de los principales retos a los que se enfrenta el comercio electrónico en Perú es el de conseguir que el ecommerce penetre de forma completa y estable en las provincias. Actualmente, la mayor parte del comercio electrónico se concentra en la capital y el resto de ciudades costeras. De hecho, Lima concentra hasta el 65% del comercio digital peruano en la actualidad. El gran reto al que se enfrenta el comercio electrónico en Perú es conseguir que el sector acceda a un reparto más equitativo de las transacciones digitales, llegando especialmente a las provincias, y sobre todo a aquellas alejadas de la costa.
En este sentido, desde CAPECE insisten en la necesidad de aprovechar la pandemia como la oportunidad que el Perú necesita para implementar las infraestructuras necesarias para dinamizar el sector del comercio digital. En este sentido, es necesario mejorar las vías de comunicación que comunican la costa con el interior del país, especialmente fomentando el desarrollo de una red de ferrocarriles que ayude a dinamizar y a acortar los plazos de entrega.
Así mismo, es necesario que el sector empresarial del país apueste de forma clara por la digitalización de las empresas. Esto permitirá ampliar el público al que dirigir sus productos, tanto a nivel nacional como internacional. Lo que contribuirá a superar la pandemia con un tejido empresarial mucho más resistente y adaptado a las nuevas demandas del comercio actual, eminentemente electrónico.
En definitiva, el comercio electrónico en Perú está creciendo a una velocidad que hace pensar en el buen pulso del sector. Sin embargo, es necesario ver la crisis del coronavirus como una oportunidad para un mayor desarrollo y el momento idóneo para mejorar las vías de comunicación que permitan darle un mayor impulso al sector digital del país. De esta forma, el comercio electrónico en Perú podrá llegar a situarse a la altura del resto de Latinoamérica y competir en plena igualdad de condiciones.