Tras la efervescencia de las compras de fin de año, las cifras del comercio electrónico local dan cuenta de un futuro esplendor. Efectivamente, las cifras de la Cámara de Comercio de Santiago proyectan para el 2019 transacciones por sobre los US$6.500 millones, no solo eso, para el 2022, este segmento podría llegar al 10% del total de la torta de ventas.
Una cosa es clara, el cambio cultural ya fue. El consumidor chileno se atrevió a utilizar las plataformas digitales, dejó de tener miedo a que lo timen en la red, comenzó a comparar entre una oferta variada y, finalmente, comprar. De esta manera, los usuarios y sus gastos debieran expandirse – si las condiciones de entorno económico país acompañan- a un ritmo veloz. Es la misma línea que se ve a nivel internacional y que está provocando la mutación del retail. Sin ir más lejos, en Estados Unidos, la masificación del comercio electrónico, junto a otros factores, están motivando la reducción de la presencia física en tiendas, en algunos casos de forma dramática.
La pregunta que asoma ineludible es, si los actores locales están en condiciones de absorber este incremento de buena manera, respondiendo a clientes que serán cada vez más exigentes. Hablamos de dimensiones que son distintas. Compradores empoderados que no solo quieren calidad (ojo, ese es el requisito mínimo, no un mérito, más si a una app de distancia pueden entrar a Aliexpress o Amazon). Quieren variedad, buenos precios y, un aspecto clave… recibir sus entregas a tiempo, es decir, una logística de excelencia. ¿Está en condiciones el retail de cumplir con franjas horarias más exigentes? Ya nadie está dispuesto a perder todo su fin de semana esperando muebles que llegarán entre “9 y 21 horas”. También resulta lógico, que aspiren a mayores facilidades para cambios de mercancía o devoluciones por defectos.
Se trata de aspectos que ya ahora deben obligar a la industria a desarrollar una musculatura logística más vigorosa, en buenas cuentas, más recursos para el despacho, pero también más liviana para reaccionar e inteligente para planificar. Las posibilidades están a la mano. De un momento a otro, Santiago se pobló de motoristas y ciclistas de aplicaciones de despacho de comida. ¿Puede implementarse un símil para el gran retail que aliviane parte de sus tareas logísticas para una determinada gama de productos? El E-Commerce ya ganó una batalla importante conquistando lo virtual. Para su consolidación ahora debe también ganar la calle, en la última milla, es donde consolidará su futuro.
Sebastián Ojeda, CEO de Beetrack.