La mejora continua es uno de los pilares básicos de las compañías hoy en día. Esta filosofía está basada en la actitud de mejoramiento continuado de los procesos que lleva a cabo una empresa, lo que muchas veces implica tener departamentos enteros dedicados únicamente a dicha tarea. Si quieres conocer algunos ejemplos de mejora continua y aprender a aplicarlos en tu empresa sigue leyendo y te lo contamos.
Qué es la mejora continua
El concepto de mejora continua surge en el siglo XX, al amparo de las compañías japonesas que buscaban mayor eficiencia y mejores resultados en sus actividades. De esta forma, se instauró lo que hoy en día se conoce como mejora continuo o kaizen (por su nombre en japonés). Esta actitud implica una revisión continua de los procesos que se llevan a cabo en una empresa con el fin de analizarlos y, de esta forma, poder reformularlos de manera que sean más eficientes en todos los aspectos, lo que implica una reducción del tiempo y los recursos que se necesitan destinar a cada uno de ellos.
Cuáles son sus beneficios
Existen muchos ejemplos de mejora continua. De hecho, al tratarse de una tendencia que se mantiene constante desde la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días, existe mucha literatura empresarial al respecto, lo que también nos permite hacernos una idea de los amplios beneficios que otorga a las empresas que apuestan por la mejora continua.
Algunos de los más importantes son los siguientes:
-
-
Reducción de los plazos de ejecución de las actividades
-
Incremento del rendimiento de los equipos de trabajo
-
Aumento de la productividad
-
Optimización de los procesos
-
Mayor eficacia en los resultados
-
Productos y servicios de mejor calidad
-
Algunos ejemplos y cómo aplicarlos en las empresas
Existen diferentes ejemplos de mejora continua que han sido aplicados por muchas empresas a lo largo de las últimas décadas. Algunos de los más interesantes y que mejores resultados han dados son los siguientes:
-
Sistemas de gestión de calidad: Consiste en la implementación de sistemas destinados a comprobar la satisfacción final del cliente. Gracias a estos sistemas, se obtiene información que después se puede aplicar para mejorar aquellos aspectos que no aportan una satisfacción completa, lo que permite mejorar continuamente la
experiencia final del consumidor.
-
Normativa ISO: ISO son las iniciales de
Organización Internacional de Normalización por sus siglas en inglés. Se trata de otro de los ejemplos de mejora continua que más éxito ha tenido. Gracias a la Normativa ISO se aplican estándares de calidad a nivel internacional, lo que permite la producción de productos estandarizados y que cumplen una serie de normas y requisitos que aseguran su buena calidad y que cumplan con las funciones para las que han sido diseñados.
-
Sistemas de evaluación ambiental: La aplicación de sistemas de evaluación ambiental permiten que la producción se afronte desde una perspectiva holística, es decir, total. Los sistemas de evaluación ambiental controlan todos los aspectos relacionados con la fabricación de los productos, lo que permite tener un control completo sobre los productos finales y su impacto en el entorno.
-
Ciclo PHVA: Otro de los ejemplos de mejora continua que más éxito ha tenido a lo largo de las décadas es el denominado Ciclo PHVA. Las iniciales se corresponden con Planificar, Hacer, Verificar, Actualizar. Estas cuatro acciones representan cada una de las fases que se tienen que llevar a cabo en la fabricación de un producto que sigue el Ciclo PHVA. Esto permite que los productos resultantes sean una calidad excepcionalmente buena y, cuando se presentan fallos o elementos mejorables, estos son reformulados gracias a la fase final de verificación, lo que permite que la corrección se ejecute incluso antes de que se reciba un
mal feedback por parte de los clientes finales.