La gestión del transporte permite llevar a cabo los procesos logísticos de forma eficaz y rápida, respondiendo a las necesidades tanto del propio sector logístico como de empresas y clientes implicados.
La gestión del transporte consiste en controlar mediante una estrategia determinada la elección de los medios de transporte a utilizar y la programación de los movimientos a emplear. Esto permite implementar tareas propias del sector logístico que responden a diferentes fases.
Es decir, la gestión de transporte permite asegurar la solidez y eficacia de los flujos, ya sea en las redes de distribución, los almacenes o cualquier otro elemento o agente que influya en los procesos de transporte.
Aplicar una estrategia de gestión de transporte ofrece unas ventajas que, en conjunto, mejoran el resultado de la actividad logística en donde se aplica. Algunos de los beneficios concretos son los siguientes.
Además, gracias a la evolución del transporte y el uso de software específicos, la gestión del transporte se ha vuelto mucho más eficiente en la actualidad, ofreciendo una mejor experiencia tanto para la empresa como para los clientes.
Un coordinador de logística y transporte es la persona encargada del control y la gestión del departamento logístico de una empresa, así como de todas las actividades que éste lleva a cabo. Se trata de una figura clave en las empresas que no cuentan con un servicio de logística tercerizado.
De hecho, en algunas empresas que cuentan con el servicio logístico tercerizado, también se puede encontrar a una persona que, de facto, se ocupa de la gestión de la logística interna. En estos casos, la logística interna debe estar controlada por la figura del coordinador de logística y transporte, mientras que la logística externa será la que quede reservada a las empresa de logística que tiene tercerizado el servicio.
La planificación de rutas es la gestión de las rutas que se van a realizar de forma previa a que se ejecuten. Es decir, consiste en preparar de antemano los recorridos que llevarán a cabo las mercancías en los distintos procesos logísticos que se deberán llevar a cabo.
La planificación de rutas cumple un papel fundamental en la gestión de transporte, ya que permite hacer que dichas rutas sean lo más eficientes posible. Por ejemplo, gracias a la gestión de rutas, se realizan recorridos más cortos, optimizando los despachos y reduciendo el coste derivado de combustible y tiempo de trabajo. Además, esto no solo repercute en el ahorro para la empresa logística, sino que también permite mejorar de forma considerable los tiempos y el servicio prestado a los clientes. Lo que, por ejemplo, tiene una especial relevancia en el servicio prestado en última milla, que afecta de forma decisiva en la experiencia del cliente o consumidor.