Qué es un mapa de flujo de valor y qué utilidad tiene
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Un mapa de flujo de valor es una herramienta que ayuda a tener una perspectiva completa de los procesos y, al mismo tiempo, a identificar aquellas fases en las que no se están optimizando al máximo los recursos disponibles. Gracias a esta información se puede rediseñar el proceso, ya sea un proceso de tipo logístico asociado a la cadena de suministro o un proceso de cualquier otro tipo.
Qué es un mapa de flujo de valor
Un mapa de flujo de valor es una representación de un proceso. Su objetivo es mostrar las distintas etapas por las que pasa un proceso e identificar las características de cada una de ellas y, en especial, el valor que cada una de ellas aporta al producto o servicio que se representa en el mapa de valor.
La representación de un mapa de flujo de valor puede variar. De hecho, no existe una única forma de representarlo. Sin embargo, en todos los casos, se debe hacer definiendo bien cada una de las fases o etapas del proceso representado, así como los aspectos propios de cada fase, el valor que aporta al producto o servicio.
Además, también es muy importante que todo el mapa de flujo de valor utilice una simbología unificada, puesto que ayuda a comprender correctamente el flujo que se está representando.
Para qué sirve un mapa de flujo de valor
La importancia que tiene un mapa de flujo de valor consiste en que se trata de una herramienta que permite obtener una perspectiva completa de un proceso. Además, esta perspectiva completa también permite identificar cada una de las etapas y, lo más importante, identificar qué valor añade cada una de estas etapas al producto o servicio en cuestión.
De este modo, se trata de una herramienta muy útil a la hora de identificar acciones que no aportan valor al producto pero que, como toda acción que forma parte de un proceso, sí que tiene un coste. Gracias a los mapas de flujo de valor se pueden identificar estas acciones o fases superfluas y que no aportan valor y, a continuación, se puede rediseñar el proceso para suprimirlas (esto es lo que se conoce como metodología lean logistics).
Cómo hacer un mapa de flujo de valor
Existen diferentes formas de hacer un mapa de flujo de valor. Según las características del proceso que se quiere representar, puede que cada mapa en cuestión necesite contar con características particulares que lo diferencien del resto.
No obstante, una forma de habitual de realizar un mapa de flujo de valor es la siguiente:
- Definir el proceso que se quiere representar.
- Definir la simbología o ideogramas que se van a utilizar.
- Recopilar la información relativa al proceso que se va a representar.
- Realizar el mapa de flujo de valor acorde a la información disponible a partir de los pasos anteriores.
- Análisis del mapa de flujo de valor en busca de problemas en el proceso. Es decir, localizar aquellas actividades representadas en el mapa de flujo de valor que, pese a realizarse, no aportan valor al producto o servicio.
- Obtener las conclusiones y aplicarlas para rediseñar el proceso y eliminar aquellas actividades que no aportan valor en el proceso.
Hablar de mapas de flujo de valor es hablar de herramientas muy útiles a la hora de identificar problemas en los procesos, ya sean procesos productivos o procesos logísticos. Estos mapas nos ayudan a identificar tareas que, sin aportar valor, sí que consumen tiempo y recursos, por lo que encarecen el producto innecesariamente.
Gracias a los mapas de flujo de valor se obtiene una visión completa de los procesos logísticos y, de este modo, se pueden rediseñar, haciéndolos más baratos y eficientes, al mismo tiempo que no se resta calidad ni en el producto ni en el servicio.