Para calcular el precio final de un producto, además del costo de fabricación, también hay que tener en cuenta el costo de distribución, ya que no solo es necesario fabricar el producto, sino también asegurarse de que este llegue al consumidor. Por ello, para conocer realmente el costo total de un producto, será necesario tener en cuenta todos los costos aplicables desde la obtención de la materia prima hasta que el producto manufacturado llega a manos del cliente último.
Se habla de costo de distribución como de aquellos costos que permiten que un producto en su fase final (es decir, listo para ser ofrecido al consumidor) llegue a dicho consumidor. Se trata de un costo compuesto de diferentes elementos, tales como el embalaje, el almacenamiento y el transporte, entre otros.
Todos estos costos, aunque no afectan directamente al producto en sí, sí que son cruciales a la hora de que dicho producto llegue al consumidor. De hecho, si no fuera por las actividades asociadas al costo de distribución, el producto no podría llegar al cliente final, por lo que sería un producto inútil al no poder distribuirse en el mercado.
Además de ser importante porque permite que el producto en cuestión llegue al cliente, la importancia del costo de distribución también radica en el hecho de que aumenta el precio final del producto en cuestión. Es decir, a la hora de estimar el precio de un producto que se ofrece al público, no basta con tener en cuenta el coste derivado de su fabricación, sino que será indispensable contar también con todos los gastos asociados a los procesos logísticos asociados desde su fabricación hasta que llega a manos del cliente final en tiempo y forma estimados.
El cálculo del costo de distribución no es estándar, y varía según el tipo de producto y la distribución que se realice del mismo. Por ello, habrá que realizar el cálculo de forma individualizada y adaptada a las características concretas de cada producto y forma de distribución que se realice. Es decir, tomando como referencia las KPI logísticas clave que determinan cada producto en cada caso.
Algunos de los costos de distribución más habituales son los siguientes:
En cualquier caso, el cálculo del coste de distribución deberá ser realizado de forma individualizada para cada tipo de producto. De esta forma, se obtendrá un coste de distribución real y más ajustado, lo que permitirá adaptar el precio de mercado y ofrecer un producto de calidad óptima a un precio adaptado a las necesidades del consumidor.