Uno de los objetivos de cualquier empresa es conseguir clientes leales, ya que son los que le proporcionan mayores beneficios al tratarse de una clientela fiel y segura, que siempre va a contar con la empresa cuando necesite los productos o servicios de los que esta dispone. Sin embargo, conseguir clientes leales no es sencillo. En este artículo te contamos algunas claves que te ayudarán a conseguirlos.
Una de las primeras cosas que hay que tener claro es que los clientes leales y los clientes fieles no son exactamente lo mismo. Los clientes leales están incluso más comprometidos con la empresa que los simples clientes fieles.
Un cliente fiel es aquel que está interesado en los productos o servicios de la empresa y que, gracias a programas de fidelización, que le aportan ofertas o servicios especiales, se consigue garantizar que dicho cliente sigue solicitando los productos o servicios que se le ofrecen.
Por el contrario, los clientes leales son aquellos que tienen interiorizados no solo los productos o servicios de la empresa, sino sus propios valores. En este caso, aunque es muy probable que dichos clientes utilicen los mismos programas de fidelización y se beneficien de ellos, son clientes que serían igualmente constantes en su relación con la empresa aunque no existiesen dichos programas o ventajas especiales. Es decir, son los clientes leales son clientes que han establecido una relación con la empresa a largo plazo gracias a una identificación plena con los valores de esta.
Como es lógico, los clientes leales son los que mayor potencial tienen para cualquier empresa, ya que son un sector que constituye beneficios seguros para las compañías. Como es natural, toda empresa tiene que buscar nuevos clientes y expandirse. Sin embargo, es todavía mucho más importante retener la clientela fija, ya sea a través de clientes fieles o de clientes leales (preferiblemente los segundos), puesto que serán los que le proporcionarán la mayor parte de sus beneficios estables.
Existen diferentes formas de obtener clientes leales y, según el tipo de empresa, así como del producto o servicio que se ofrezca, estas formas se podrán adaptar mejor a cada caso. Sin embargo, hay ciertos elementos que son comunes a todos los casos y que garantizarán que la satisfacción del cliente termine por convertirse en lealtad.