La movilidad en las grandes ciudades trae consigo distintos desafíos, como la adopción de medios de transporte no contaminantes, el alivio de la congestión urbana y la adaptación de la industria a los nuevos hábitos de consumo.
Las tendencias de consumo de los chilenos han cambiado y así lo ha demostrado la exitosa llegada de diferentes actores en el ámbito de la tecnología de repartos. Uber Eats, Glovo, Cornershop y Rappi, son servicios que se han vuelto cotidianos en la vida de los usuarios, modificando los hábitos de consumo de manera profunda: la oferta en la puerta de la casa.
El escenario estaba dado para la llegada estos servicios. Así lo refleja una encuesta Adimark realizada en 2016, que indicó que un 44% de la población ya hacía pedidos a domicilio con frecuencia. Ante este contexto, las diversas startups vieron un nicho a explotar, que se ha concretado y ha generado una creciente competencia.
No obstante, hay otros factores que influyen en el desarrollo de esta tendencia que tienen que ver con una alta bancarización y el –cada vez más frecuente–, uso de tarjetas de crédito. “Si a esto le sumamos las extensas jornadas laborales, la alta congestión, la dificultad de los desplazamientos y los tiempos de traslado, tiene sentido que las personas opten por comprar por internet”, explica el CEO de Beetrack, Sebastián Ojeda.
La ciudad de Santiago en marzo, es un buen ejemplo para ilustrar las altas tasas de congestión que se viven en la capital del país, donde se produjo un aumento del flujo vehicular de un 33% según las cifras de la Unidad Operativa de Control de Tránsito, al comienzo de este mes. “Con estos tiempos de desplazo, es natural que haya una preferencia por hacer compras a domicilio, en lugar de salir a comer o ir al supermercado”, añade Ojeda.
“Por los tiempos de traslado y la congestión capitalina, existe una creciente preocupación por parte de estas empresas para optimizar las rutas y la operación logística. Gracias a estos esfuerzos, el segmento del delivery de comida creció alrededor de un 25% en 2018 al presentarse como una solución más rápida para los consumidores. Se espera entonces que en unos cuatro años, la cuota acapare alrededor del 50% de las compras de comida online”.
“Las empresas en conjunto con los sistemas de optimización de ruta y trazabilidad, como Beetrack, han venido a dar una solución para aquellos consumidores que por su escasez de tiempo, no priorizan tareas como el supermercado o la cocina. El chileno, que ha mejorado su poder adquisitivo notablemente los últimos 25 años, puede darse el lujo de invertir un poco más en estos servicios con el fin de ganar tiempo preciado para realizar otras actividades”, agrega.
La movilidad en las grandes ciudades trae consigo distintos desafíos, entre ellos la adopción de nuevos medios de transporte no contaminantes, de la mano del alivio de la congestión urbana mediante tecnologías que permitan monitorear las distintas variables.
“En la actualidad, la flota de vehículos de mercaderías representa al menos un 20% del tráfico de las ciudades, por lo tanto la aplicación de nuevas tecnologías como Beetrack, focalizadas en la optimización, permiten mejorar los resultados de un desarrollo sostenible, al tener un control sobre la localización y estado de los vehículos”, indica Ojeda.
En un contexto en que Chile se está sumando a la nueva movilidad liderando distintas iniciativas impulsadas por actores públicos y privados, hay empresas como Glovo, Rappi, Uber Eats y Cornershop, que ayudan a la descongestión de los autos en las ciudades y por ende, a la reducción de la contaminación.
“En las aplicaciones de delivery la flota ronda entre los 18 mil usuarios, lo que ha masificado el uso de las bicicletas, los scooter eléctricos, los monopatines, entre otros. Este tipo de movilización ha comenzado a tener un importante protagonismo como medio de transporte, brindando un servicio que como externalidad positiva, descongestiona la ciudad y ayuda al medioambiente”, explica.
Todo lo anterior indica que con la llegada de nuevos actores al mercado chileno en el corto plazo, volverá más competitivo el escenario de la industria y la eficiencia del transporte. Las nuevas tecnologías como el reparto aéreo, la autogestión de rutas, autos autónomos, entre otras, g
enerarán nuevos desafíos para las empresas que hoy se consolidan en el delivery.