La trazabilidad es un conjunto de procedimientos que permiten registrar e identificar la ubicación y trayectoria del producto a lo largo de toda la cadena de suministro. Con su uso es posible conocer cuál es la procedencia de la mercancía, o cómo es su procesamiento y su distribución. Por lo tanto, la implementación de distintos tipos de trazabilidad les permite a las empresas identificar fallos y mejorar los procesos, aumentando así su eficacia y eficiencia logística.
Todo este procedimiento se lleva a cabo principalmente utilizando un sistema de trazabilidad.
Los tipos de trazabilidad se distinguen de acuerdo al origen o al sentido en el que se mueve el producto en la cadena de suministro. Dicho esto, podemos identificar tres tipos de trazabilidad:
El tipo de trazabilidad ascendente o hacia adelante identifica y registra la información de toda la mercancía que sale de la empresa, y que va a ser entregada a su destinatario. De esta forma, es posible rastrear y conocer su lote de origen, almacén de salida, destino, cliente receptor, entre otros detalles importantes de la entrega final del producto.
Un ejemplo del tipo de trazabilidad ascendente es el que implementa Transytec. Esta empresa desarrolla soluciones de delivery premium de productos bancarios, y para mejorar sus procesos comenzó a utilizar la plataforma Beetrack para optimizar su trazabilidad hacia adelante, permitiendo tener un control en tiempo real de sus entregas, obteniendo además todas las imágenes e información digitalizada asociadas a dichas entregas.
El tipo de trazabilidad descendente o hacia atrás se encarga de identificar todas las materias primas o productos que llegan a la empresa, junto a la información del proveedor. De todos los tipos de trazabilidad, el registro de esta etapa es crucial para poder tener un histórico completo de la mercancía desde su origen.
Un ejemplo del tipo de trazabilidad descendente es el que ejecuta Amazon a través de su sistema llamado Transparency, que le permite proteger a las marcas de la falsificación de productos, garantizando así la autenticidad de sus proveedores. Este sistema de seguimiento funciona con un código que va registrado en cada producto; Amazon escanea dicho código para asegurarse que la mercancía enviada es genuina.
Entre los tipos de trazabilidad existentes, la interna es la que permite hacerle seguimiento a la mercancía dentro de la empresa. Su función es registrar información sobre todos los procesos internos por los que pasa el producto, desde su manipulación, maquinaria implementada, temperatura, lote, entre otros datos relevantes.
Un ejemplo del tipo de trazabilidad interna es el que realiza BMW a cada una de sus piezas. Después de marcarlas con un láser especial, estas son identificadas con un ID que permanecerá con ellas durante toda la cadena de suministro. A esta ID se le va sumando información de cada etapa de la fabricación, para mantener la trazabilidad interna en todo momento. Esto les permite a los especialistas identificar errores y oportunidades de mejora de los procesos.
Aplicar los distintos tipos de trazabilidad en una empresa permite registrar una gran cantidad de información crucial para la toma de decisiones logísticas. En este sentido, dos de las ventajas de la trazabilidad más importantes son las siguientes:
Por otro lado, entre las principales desventajas de la trazabilidad destacan las dos siguientes:
Una de las etapas más cruciales en la cadena de suministro es la última milla. Por esta razón, de todos los tipos de trazabilidad, la ascendente supone un gran reto para las empresas. Debido a esto, es preciso contar con un software de seguimiento como LastMile de Beetrack, con el cual es posible realizar la trazabilidad en tiempo real de todos los pedidos hasta que son entregados a los clientes finales en sus domicilios.