Logística externa: qué es y cuándo se aplica
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Uno de los elementos fundamentales para que una empresa tenga éxito en la venta de sus productos es la logística, que permitirá que el producto llegue al cliente y consumidor final en perfectas condiciones y con plena satisfacción. En este caso, es cuando se habla de logística externa que, en combinación con la interna, constituyen una logística integrada, pieza clave del éxito de cualquier empresa que quiera comercializar sus productos.
¿Qué es la logística?
A grandes rasgos, se denomina logística al conjunto de procesos que permiten que los productos lleguen a su destino. Sin embargo, esto no incluye solo el consumidor final, sino todos y cada uno de los procesos necesarios para que esto suceda, desde la recepción de las materias primas, hasta el envío del producto final al cliente, pasando por el almacenaje de stock o los procesos de devolución en el caso de haberlos.
De este modo, se trata de un conjunto muy amplio de procesos que, si bien no constituyen el producto de una empresa en sí mismo, son fundamentales para que dicho producto se pueda comercializar con éxito. En consecuencia, constituye un elemento fundamental para que la empresa desarrolle su labor de forma exitosa y aumentar las ventas, puesto que es un elemento necesario a la hora de obtener los beneficios deseados.
Logística externa: riesgos y retos
Como se ha podido ver, la logística es un conjunto de procesos que abarca todas las esferas de la cadena de suministros. Esto hace que se puedan diferenciar varios tipos de logística y, según el caso, será necesario tener más en cuenta una serie de elementos que otros. Uno de estos tipos de logística es la denominada como logística externa, que aglutina todos los procesos logísticos que tienen lugar fuera de la empresa que produce el producto.
Al hablar de logística externa se está haciendo referencia al conjunto de procesos que tienen lugar después de que el producto esté completado y listo para ser enviado al cliente final. Esto, que en principio parece una tarea sencilla, implica una coordinación excepcional y planificada, puesto que los procesos implicados en la logística externa se concatenan unos con otros, por lo que un error en los primeros procesos se verá reflejado en toda la cadena de suministros.
Ejemplos de logística externa
Como se ha podido ver, la logística externa forma parte fundamental del conjunto logístico de una empresa y, además, es una parte fundamental si se quiere comercializar el producto con éxito. Aunque los procesos de logística externa podrán variar dependiendo del producto que se comercialice en cada caso, algunos de los procesos logísticos externos más comunes a la mayoría de empresas son los siguientes:
Transporte externo:
Aunque una parte importante del transporte de productos se lleve a cabo dentro de la misma empresa, la parte más importante es la que se ejecuta fuera de esta. De hecho, si se piensa en el transporte final, el que permitirá llevar el producto hasta el cliente final o consumidor, este constituye una fase fundamental del proceso, y es uno de los elementos más importantes de la logística externa.
Almacenamiento:
Otra de las tareas de las que se suele ocupar la logística externa en una empresa es la del almacenamiento del producto en stock. De esta forma, se dispondrá siempre del producto necesario y en las cantidades adecuadas para hacer frente a la demanda existente en cada caso.
Manejo de inventario:
Como es lógico, tanto para que el transporte que sale como para que el almacenamiento sean los correctos, es necesario llevar a cabo un correcto inventariado de todas las mercancías disponibles, así como del lugar exacto en el que se encuentran. Esto implica un monitoreo en tiempo real, tanto durante la fase de almacenamiento como de entregas.
Gestión de flotas:
Por otro lado, para que el transporte de las mercancías sea óptimo, es necesario llevar a cabo una correcta gestión de las flotas de transporte, lo que incluye no solo conocer el lugar y las rutas que ocupan los vehículos, sino también gestionar la forma más eficiente de llevar a cabo dichas rutas y los tiempos en que se realizan.
¿Cómo optimizar la logística externa de una empresa?
Sin duda, la primera intención de una empresa puede ser la de ser ella misma la que gestione sus propios procesos de logística externa ya que, en principio, esto puede parecer una forma de ahorrar costes. Sin embargo, debido al ingente trabajo que esto supone, la mejor forma de optimizar los recursos disponibles es delegar la logística externa en una empresa especializada en este tipo de actividades.
De esta forma, la empresa podrá centrarse en su producto y en mejorar las ventas, sabiendo que la gestión de todos los procesos relativos a la logística externa están en manos de profesionales, lo que al final reducirá costes y permitirá aumentar los beneficios. Esto se consigue mediante el servicio que solo tiene una empresa como Beetrack, que ofrece a sus clientes todos los recursos logísticos necesarios para solucionar todas sus necesidades relativas a la logística externa de la empresa.